Epojé [he oído que pintas cuadros]

Un día, estando yo sumida en mis pensamientos, sonó el teléfono. Me sobresalté y quise notar una especie de presentimiento extraño. Eras tú, que como todas las tardes de aquel invierno, me llamabas para charlar un rato. Entre las cosas que me contaste, me dijiste que a un amigo tuyo se le había roto la impresora de su estudio y que tenía un rollo de papel de plotter que quizás me podría interesar. Había oído que yo pintaba cuadros.  Dudé de la frase y del papel. No obstante,  no queriendo parecer descortés, y a pesar de la lluvia, fui a buscarlo al día siguiente.

Un tiempo después, la suposición de pintar cuadros y el propio papel, me abismaron en tremenda incertidumbre. Todo cuanto quería pintar, se daba encuentro en aquel papel; todo cuanto quería pensar, rondaba a aquella frase. Todo lo que pasó a partir de ese momento,

 

[La pintura]. Pintar sobre (…) óleo denso (…) que no (…) para absorber. Parar (…) entendido y no. Justo antes de que (…) fino acumular del gesto. Que ya no (…) soporta. Dar lugar a (…) estado en pintura. La verdad es que (…) color. [La pintura]. Desaparece. [La pintura] la verdad, otra vez.

 

[  ]

 

Epojé.